FILOSOFÍA DEL SOFTWARE LIBRE Y LICENCIAS GNU

martes, 19 de julio de 2011

República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación
Instituto Universitario de Tecnología de los Llanos
Valle de la Pascua,Estado Guárico
Sección :2 Nocturno

ENSAYO

El CONOCIMIENTO Y LA INFORMÁTICA

INTEGRANTE:  LOZANO ROIVIN C.I: 20.606.469


Sin duda, la alfabetización digital o informática será un objetivo donde no sea un logro, y bienvenidos sean los esfuerzos aplicados. Pero es verdad que a menudo se vincula muy rápidamente, de modo demasiado inmediato, esta alfabetización de nuestros días con la Sociedad de la Información y el Conocimiento, cuando no con su álter ego, la denominada economía del conocimiento y la innovación.

La alfabetización digital es un paso necesario, y los poderes públicos se muestran aquí protagonistas; pero en estos párrafos les invito a hablar igualmente de la alfabetización informacional, tan inseparable hoy del postulado del aprendizaje permanente, si pensamos en los profesionales de los diferentes campos técnicos y científicos. Si hemos de distinguir la Sociedad de la Informática de la Sociedad de la Información, y ésta de la Sociedad del Conocimiento, entonces déjenme insistir en la destreza informacional.

Quienes ya se manejan aceptablemente bien con las tecnologías de la información y la comunicación, han de manejarse igualmente bien con la mucha información disponible en soporte electrónico (y en soporte impreso), para seleccionar la más idónea en cada caso y traducirla debidamente a conocimiento aplicable.

Parece haberse acuñado el acrónimo ALFIN para referirnos a la denominada “alfabetización informacional”, movimiento que apunta a la suficiencia en el uso de la información. Esta alfabetización se vincula sólidamente con el aprendizaje continuo, que resulta inexcusable en esta Sociedad de la Información y el Conocimiento. Pero, más allá de la suficiencia, el nuevo trabajador del conocimiento ha de perseguir la excelencia informacional: ha de hacer una excelente traducción de la información existente a conocimiento aplicable.

Hace algo más de diez años, empezaron a extenderse de manera separada dos conceptos relacionados con la Sociedad de la Información: en las empresas, la gestión del conocimiento; y en las universidades, la suficiencia o destreza informacional. El primero (knowledge management) parecía suponer una especie de reingeniería conceptual de los tradicionales sistemas de gestión de la información en las empresas, atendiendo con mayor cuidado a la información técnica, funcional y relacional de la actividad empresarial: el know what, el know how, el know why, el know who... El segundo (information literacy) surgía entre documentalistas y en algunas universidades, en sintonía con la creciente preocupación por el aprendizaje permanente (self directed lifelong learning). La idea de suficiencia informacional apuntaba ya entonces al acceso, uso y aprovechamiento de la creciente información disponible, aunque todavía no utilizábamos Internet.

Desde aquellos primeros años 90, por una parte, el avance de la gestión del conocimiento en las empresas no ha sido siempre satisfactorio, a pesar de las potentes herramientas disponibles; y por otra, la información ha seguido multiplicándose sensiblemente y poniéndose a nuestra disposición a través de las TIC: se dice que la información disponible se duplica ya en nuestro mundo cada dos meses. Hoy, aquellos conceptos —gestión del conocimiento y destreza informacional— se han aproximado muy visiblemente entre sí en el mundo empresarial, para entrar en sinergia con las emergentes figuras del nuevo directivo y el nuevo trabajador, también muy especialmente con la idea del aprendizaje permanente, y desde luego con la necesidad de innovar y, en definitiva, con la evolución de la economía.

Pero cabe hablar igualmente de otros movimientos en curso, e íntimamente relacionados con los anteriores. En conjunto, hablaríamos de:
  • El aprendizaje y desarrollo permanente (lifelong learning movement).
  • La destreza informacional (information literacy movement).
  • La necesidad de innovar (innovation movement).
  • El pensamiento crítico (critical thinking movement).
  • La economía del conocimiento (knowledge management movement).


En las organizaciones, la destreza en el uso y aprovechamiento de la información interna y externa accesible parece más que necesaria, aunque no siempre la poseemos en el grado preciso. Quizá las nuevas generaciones salgan de las universidades con sólida preparación para el aprendizaje permanente, pero las empresas ya necesitan hoy mayor dosis de conocimiento, para mejor encarar sus retos de competitividad y prosperidad en la nueva economía. El concepto de excelencia empresarial ha evolucionado también con las nuevas realidades, y no parece cuestionarse que debamos ser asimismo excelentes en la traducción de información a conocimiento, y en el flujo de éste en las empresas. Todo apunta ciertamente a la necesidad de que mejoremos sensiblemente nuestra competencia informacional.

La informática analizada como actividad requiere de una revisión por dos motivos: en primer lugar, estamos tomando conciencia de que es uno de los pilares de la Economía del Conocimiento, y en segundo lugar, el fenómeno del Software Libre incorpora la apertura del código y el intercambio y creación del conocimiento en grupos colaborativos, lo que significa condiciones adecuadas para la apropiación del conocimiento por toda la sociedad.
La pregunta que nos hacemos es: ¿desarrollar y aplicar tecnología informática es un asunto puramente tecnológico, o por el contrario deberíamos enfocarlo con mayor amplitud?. Si bien el primer criterio ha dominado la escena por años, consideramos que ahora es necesario recurrir al segundo, abordando el problema en su totalidad.

El contexto socio-institucional
Las prácticas profesionales informáticas predominantes en las organizaciones, se desarrollan bajo un paradigma o “sentido común” dictado por criterios ingenieriles, que ignora la dimensión social y humana del trabajo. Esta cultura tradicional resulta particularmente inadecuada para aquellas actividades características de la economía del conocimiento, tales como la informática. El desafío que tenemos por delante consiste en desarrollar nuevas modalidades de trabajo, adecuadas a los procesos de creación de conocimiento, que introduzcan la dinámica de las comunidades colaborativas.
Acerca del conocimiento

En el contexto mencionado, resulta conveniente explicitar previamente algunos conceptos:
En primer lugar, nos orientamos hacia el conocimiento tácito, informal y aplicado, característico del “aprender trabajando”, más que al explícito, formal y abstracto, de las instituciones educativas. En esa línea, diferenciamos al conocimiento como capacidad humana, adquirida y desarrollada socialmente, que sólo reside en las personas, de la información, que se compone de datos contextualizados, que se puede almacenar en diversos medios físicos.
En segundo lugar, el nivel del conocimiento alcanzado en un momento dado, es el punto de partida para la creación de nuevos desarrollos, a través de procesos sociales de aprendizaje. Estamos hablando de aprendizaje grupal, y nos inclinamos por el aprendizaje colaborativo por sobre el cooperativo, porque creemos necesario otorgar más grados de libertad y más responsabilidades a los miembros de los grupos.
En tercer lugar, la actividad grupal implica la coexistencia de dos miradas diferentes: individual y grupal, que debemos considerar a la hora de analizar la creación de conocimiento como actividad central.
En cuarto lugar, coincidimos con Fowler, en cuanto a que las tareas que nos ocupan se caracterizan por su alto nivel de actividad (diseño), y descartamos el punto de vista de las metodologías tradicionales tayloristas, que les atribuyen bajo nivel (operativo).

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